viernes, 30 de mayo de 2014

Algo sobre las adicciones, ten cuidado con lo que comes.

Arelis María Valencia Velásquez
Nutricionista Dietista.



No es un secreto que los alimentos grasos son de los más adictivos, lo que tal vez no sabías es que las compañías productoras de alimentos aprovechan esto, agregándoles en grandes cantidades  a sus recetas ingredientes como  el glutamato monosódico, cafeína, jarabe de maíz y azúcar, con el fin que al probar alguno  de sus productos no quedes satisfecho con consumir solo uno.
Según un estudio publicado en  Nature Neuroscience,” los alimentos con un alto contenido de grasa y ricos en calorías afectan el cerebro de un modo casi idéntico a la cocaína y la heroína”.  
“Dos investigadores del Instituto de Investigación Scripps de Florida alimentaron ratas con alimentos que tenían un alto contenido de grasa, incluyendo pastel de queso, barras de chocolates y tocino, todos y cada uno de los alimentos activaron la liberación de dopamina, tal como lo hacen las drogas”. Con el paso del tiempo, las ratas las ratas requirieron cantidades mayores de estos alimentos para obtener la misma cantidad de dopamina. Ante esto se concluyó, que cuando las ratas consumen estos alimentos y además en altas cantidades, ello “conduce a hábitos alimenticios compulsivos que se asemejan a la adicción a las drogas”.  Además hubo otro hallazgo importante, al comparar los cerebros de las ratas adictas a la comida chatarra con los cerebros de las ratas adictas a la heroína y la cocaína, se encontró que “los efectos adictivos de la comida chatarra realmente duraban sietes veces más” “Mientras que los receptores de dopamina en las ratas adictas a la cocaína o a la heroína tardaron solo dos días en regresar a los niveles normales, los de las ratas obesas dos semanas” (informo el estudio).
No se trata solo de una adicción psicológica, también son químicamente adictivos.
Si hablamos de la sal, es de conocimiento común que puede ocasionar hipertensión y aun así se abusa de su consumo. “¿sabías que, gracias a las cantidades obscenas de glutamato monosódico, un conocido potenciador del sabor ampliamente utilizado en la cocina oriental y occidental, las compañías lo están utilizando por toneladas en nuestros alimentos y el cuerpo humano está desarrollando una aducción muy real a la sal?” Existen informes que evidencian que la cantidad de glutamato monosódico  en alimentos tratados y envasados se está duplicando cada año. Ante esto el organismo está generando tolerancia, al igual que con cualquier sustancia adictiva. Según los estudios este componente no solo ocasiona el deseo de comer cada vez más los alimentos que lo contienen, sino que también incrementa  el deseo por alimentos salados. Otro estudio muestra que cuando los pacientes diabéticos ingieren alimentos con una dosis adicional de glutamato monosódico, no solo consumen mayor cantidad, sino que disminuyen el consumo de alimentos que no lo contengan.
BRANWASHED EL LAVADO DEL CEREBRO DE LAS MARCAS; Lindstrom Martin.


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